Hay personas valientes
Que debe conocer el mundo
como algunas presentes
en nuestros libros de segundo.
Volaba Eloy de copiloto
sobre el desierto de Sonora.
Falló el motor, un tubo roto,
parecía ser su última hora.
Pero su tío, un buen piloto,
encontró bien y de volada
la carretera abandonada
en medio del paraje ignoto.
Fue una muy dura aterrizada
Fortuna, no les pasó nada
Pericia más benefactora
en el desierto de Sonora.
Hay personas valientes que
debe conocer el mundo,
como algunas presentes
en nuestros libros de segundo.
Letra y música: Antonio Paoli y Eugenio Paoli